jueves, 10 de julio de 2025

FRIDA: LA ESPERANZA EN CUATRO PATAS

🐕🇲🇽 Frida y la brigada de cuatro patas: los héroes de los escombros



Cuando la tierra tiembla en México, no solo se despiertan los sismógrafos… también los corazones. Y en medio de la tragedia, emergen figuras silenciosas, incansables y peludas. Ellos no dan discursos ni portan condecoraciones, pero su servicio es tan vital como el del más experimentado rescatista humano. Son los perros de búsqueda y rescate de México, y entre ellos, una se convirtió en símbolo nacional: Frida.

Frida, una labrador amarilla entrenada por la Marina, comenzó su labor en 2010. Fue parte del equipo de élite de la Unidad Canina de la Secretaría de Marina (SEMAR). Su olfato no solo detectaba vida, sino que infundía esperanza. Con gafas protectoras y botitas azules, Frida recorría zonas de desastre tras terremotos, explosiones y derrumbes, dentro y fuera del país.

Su momento más recordado llegó tras el terremoto del 19 de septiembre de 2017, en la Ciudad de México. En medio del caos, las cámaras captaron su imagen bajando con cuidado entre bloques de concreto, guiada por su manejador, mientras familias esperaban noticias de sus seres queridos. Frida no entendía de rating, pero su trabajo devolvía fe.


Cada ladrido, cada rastro, era una promesa de no rendirse.

Ese día, y los siguientes, Frida localizó a más de una decena de personas entre los escombros, y más de 50 en su carrera internacional (Haití, Ecuador, Honduras, Guatemala y Oaxaca). Su imagen con gafas y chaleco se volvió viral. Pero más allá del ícono, estaba la entrega.

Junto a ella, otros perros como Evil, Ecko, Eco y Proteo también dejaron huella. Cada uno, con su guía humano, representaba una dupla unida por la confianza absoluta. Proteo, por ejemplo, dio su vida en 2023 durante labores de rescate en Turquía, recordándonos que el heroísmo no conoce fronteras.

Frida se retiró en 2019 y falleció en 2022. Su legado es tan profundo que hoy existe una estatua en su honor en Coyoacán. En ella, no solo se rinde homenaje a una perrita, sino a toda una brigada de canes valientes que se lanzan sin dudar a buscar vida, entre polvo, miedo y silencio.


La historia de Frida no es solo la de una perra, sino la de todos los héroes de cuatro patas que nos enseñan que el amor y el valor no necesitan palabras.

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