domingo, 20 de julio de 2025

🐾🇲🇽 Proteo: el héroe que no volvió

Cuando el mundo se sacude, hay quienes corren a buscar refugio… y quienes corren a buscar vida. Proteo era uno de esos. Un pastor alemán robusto, entrenado por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), cuya labor no conocía fronteras ni temía al peligro.

En febrero de 2023, tras el devastador terremoto en Turquía y Siria, México respondió con lo mejor que tenía: su equipo de búsqueda y rescate. Entre los uniformados y especialistas, viajaba un ser de mirada noble y andar firme: Proteo, quien ya había demostrado su valentía en desastres anteriores. No ladraba por miedo, sino por esperanza.

En suelo turco, el caos era indescriptible. Frío extremo, edificios colapsados, llanto y polvo. Allí, Proteo se movía con precisión entre los escombros, guiado por su manejador, localizando a personas atrapadas bajo toneladas de concreto. Durante varios días, su nariz fue brújula de esperanza. Salvó vidas. Dio aliento. Encontró lo que otros no podían ver ni oler.

Pero el 11 de febrero, la tragedia tocó también a los rescatistas. Proteo, debilitado por el agotamiento físico, el clima extremo y las condiciones adversas del terreno, perdió la vida en servicio. Su muerte estremeció al país y conmovió al mundo. No fue solo un perro caído, fue un compañero, un símbolo, un héroe silencioso.

El Ejército Mexicano, con honores, llevó su cuerpo de vuelta. Y aunque ya no caminó por la pista de aterrizaje, miles lo acompañaron con aplausos virtuales, lágrimas reales y un respeto profundo. Las redes sociales se llenaron de homenajes, dibujos, cartas y oraciones.

En su homenaje, sus compañeros uniformados dijeron:

“Cumpliste tu misión, Proteo. Gracias por tu valentía y amor incondicional.”

Su historia es más que una anécdota. Es la confirmación de que los verdaderos héroes no siempre usan capa. A veces llevan arnés, obedecen con la mirada y se lanzan sin dudar donde nadie más se atreve.

Proteo no volvió, pero su memoria permanece. En cada sismo, en cada rescate, en cada ladrido de los nuevos binomios caninos que ahora entrenan, vive su legado. Porque no hay tierra caída que oculte la huella de un alma valiente.


jueves, 10 de julio de 2025

FRIDA: LA ESPERANZA EN CUATRO PATAS

🐕🇲🇽 Frida y la brigada de cuatro patas: los héroes de los escombros



Cuando la tierra tiembla en México, no solo se despiertan los sismógrafos… también los corazones. Y en medio de la tragedia, emergen figuras silenciosas, incansables y peludas. Ellos no dan discursos ni portan condecoraciones, pero su servicio es tan vital como el del más experimentado rescatista humano. Son los perros de búsqueda y rescate de México, y entre ellos, una se convirtió en símbolo nacional: Frida.

Frida, una labrador amarilla entrenada por la Marina, comenzó su labor en 2010. Fue parte del equipo de élite de la Unidad Canina de la Secretaría de Marina (SEMAR). Su olfato no solo detectaba vida, sino que infundía esperanza. Con gafas protectoras y botitas azules, Frida recorría zonas de desastre tras terremotos, explosiones y derrumbes, dentro y fuera del país.

Su momento más recordado llegó tras el terremoto del 19 de septiembre de 2017, en la Ciudad de México. En medio del caos, las cámaras captaron su imagen bajando con cuidado entre bloques de concreto, guiada por su manejador, mientras familias esperaban noticias de sus seres queridos. Frida no entendía de rating, pero su trabajo devolvía fe.


Cada ladrido, cada rastro, era una promesa de no rendirse.

Ese día, y los siguientes, Frida localizó a más de una decena de personas entre los escombros, y más de 50 en su carrera internacional (Haití, Ecuador, Honduras, Guatemala y Oaxaca). Su imagen con gafas y chaleco se volvió viral. Pero más allá del ícono, estaba la entrega.

Junto a ella, otros perros como Evil, Ecko, Eco y Proteo también dejaron huella. Cada uno, con su guía humano, representaba una dupla unida por la confianza absoluta. Proteo, por ejemplo, dio su vida en 2023 durante labores de rescate en Turquía, recordándonos que el heroísmo no conoce fronteras.

Frida se retiró en 2019 y falleció en 2022. Su legado es tan profundo que hoy existe una estatua en su honor en Coyoacán. En ella, no solo se rinde homenaje a una perrita, sino a toda una brigada de canes valientes que se lanzan sin dudar a buscar vida, entre polvo, miedo y silencio.


La historia de Frida no es solo la de una perra, sino la de todos los héroes de cuatro patas que nos enseñan que el amor y el valor no necesitan palabras.

domingo, 6 de julio de 2025

AMOR, SERENIDAD Y VALENTÍA PARA SALVAR A SU AMIGO Y A OTRAS PERSONAS.

 🦮 Roselle: el faro de calma en el caos del 11 de septiembre


Era un martes cualquiera, 11 de septiembre de 2001. En el piso 78 de la Torre Norte del World Trade Center, Michael Hingson, totalmente ciego de nacimiento, trabajaba junto a Roselle, su compañera de cuatro patas y guía fiel. Todo transcurría con normalidad, hasta que a las 8:45 a.m. un avión impactó 18 pisos por encima de ellos.

Roselle no dudó ni un segundo. Con serenidad inquebrantable, sacó a Hingson y a unas 30 personas más por la escalera de emergencia: 1,463 escalones a oscuras, entre humo, escombros y un estruendo apocalíptico.

Una vez en el vestíbulo, la segunda torre colapsó. Polvo y fragmentos llovieron sobre ellos. Sin perder el pulso, Roselle condujo a su dueño hasta una estación de metro cercana.

“Roselle se mantuvo totalmente enfocada en su trabajo… incluso cuando los escombros caían alrededor.” — Michael Hingson

Durante la evacuación, su presencia fue crucial. Mientras muchos entraban en pánico, Roselle transmitía seguridad y calma. Incluso reconfortaba a otros sobrevivientes, acercándose, lamiendo sus manos, como si supiera que lo necesitaban.

Después de ese día, Roselle se convirtió en símbolo de esperanza. Su historia fue contada en entrevistas, televisión y en el libro Thunder Dog, escrito por Hingson. En 2002, recibió la Medalla Dickin, máxima distinción animal del Reino Unido.

Falleció en 2011, a los 13 años. En su honor, Michael creó la Roselle’s Dream Foundation, una organización que apoya a personas ciegas para alcanzar sus sueños.


El 11 de septiembre dejó cicatrices, pero también memorias de valor. Roselle fue una luz silenciosa entre el humo. Un verdadero héroe